La gestión del color es el proceso que consiste en armonizar los colores de una manera previsible y reproducible a lo largo de la cadena gráfica. La cámara fotográfica, el escáner, el monitor, la impresora, la tecnología de tinta y el papel son elementos de esta cadena gráfica. Todos estos periféricos ven o interpretan los colores de diferentes maneras.
Por tanto, la gestión del color se encarga de comunicar todos estos elementos entre sí, utilizando un lenguaje común, para obtener un resultado lo más fiel y coherente posible. Para lograrlo, la gestión del color utiliza el estándar ICC (International Color Consortium creado en 1993) representado por los perfiles ICC.